El
sobrino de la señora Elizabeth.
_ ¿Cómo está hoy, señora Elizabeth?
_preguntó Vera.
_Bien, Vera, te haré una
pregunta; ¿No has visto a mi gato pasar estos días? Lo busqué por la ciudad y
no aparece._
Vera se quedó callada
mientras pensaba hasta que vio un árbol y dijo:
_Tal vez lo aplastó ese árbol,
es muy posible, ¿Hace cuanto tiene usted a su gato?
_Hace tres años, y por lo que
insinúas, quisiera que me acompañaras a ver si está cerca del árbol.
Vera la acompañó hasta allí y
vio que el árbol tenía talladas las letras “Y” y “K” rodeadas de un corazón,
frunció el ceño pensando y recordando qué podía haber pasada.
Habían encontrado al gato
aplastado y una paloma observándolo. A la señora casi se le caen las lágrimas,
Vera la vio y dijo:
_Ya sé lo que pasó, mira
estas iniciales; ¿Cómo se llamaba su gato?
_Yago_ respondió la mujer_ le
puse así porque el día que lo encontré fue el día en el que encontraron a mi
sobrino muerto.
_Lo supuse, ¿Ve esa paloma? ¿No
se preguntó por qué no deja de mirarlo? Su sobrino fue asesinado por su novia, Kristen, y por la culpa, ella se
suicidó. Esa paloma es Kristen, quien volvió a matar a su gato, que en realidad
es su sobrino y esta vez no tuvo culpa. Ella lo atrajo hacia el árbol, ayer
domingo, día de la tala de árboles en el parque, su sobrino aun amaba a Kristen
y la siguió hasta un árbol a punto de caer. Yago hipnotizado por la linda
paloma se la quedó observando y apenas cayó el árbol, el ave voló y el murió.
Elizabeth no sabía qué
pensar, empezó a tenerles pánico a las palomas, ya no podía verlas después de
la historia de la astuta Vera…
Mejor, Trini. Buen relato.
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